La manera de prevenir un parto prematuro

Para tratar de prevenir el parto prematuro, es necesario intervenir sobre los factores de riesgo conocidos y modificables (dieta, malos hábitos, tratamiento de condiciones médicas conocidas o emergentes). En caso de contracciones o ruptura prematura de membranas, es necesario monitorear el bienestar fetal y eventualmente detener las contracciones. La medición de la longitud del cuello uterino puede servir también para predecir el parto prematuro.

Prevenir un parto prematuro

Una vez identificados los factores de riesgo de un parto prematuro, para intentar prevenir un posible parto antes de la semana 37 de gestación, es necesario intentar intervenir sobre aquellos factores modificables como la alimentación desequilibrada, el sobrepeso y el bajo peso, corrigiendo los malos hábitos, como el tabaquismo, el alcohol o las drogas, eliminar los factores estresantes así como intervenir oportunamente en aquellas condiciones médicas que pongan en riesgo el embarazo como infecciones, diabetes, trastornos cardíacos, hipertensión, etc.

En una situación de riesgo es fundamental que la mujer esté informada y que pueda recibir apoyo lo antes posible; al hacer esto, es importante que los médicos y quienes atiendan a la embarazada tengan en cuenta los sentimientos de ansiedad que pueden experimentar la mujer y los miembros de la familia. Se deben explicar los signos y síntomas del parto prematuro e informar sobre el tratamiento que puede recibir la mujer.

Cervicometría para prevenir el parto prematuro

Un método eficaz para predecir el parto prematuro está representado por la cervicometría , que es la medición de la longitud del cuello uterino por ultrasonido, que se realiza a las 22-24 semanas para la detección de casos en riesgo. Esta medición también se realiza en todos los casos de gestantes sintomáticas, es decir, con contracciones o sangrado. En pacientes cuya medida cervical está por debajo de lo normal, existe un 55% de riesgo de tener un parto prematuro. Este porcentaje aumenta en mujeres con un parto prematuro previo.

El riesgo de tener contracciones

Sin embargo, incluso en un embarazo seguido correctamente y sin factores de riesgo aparentes, pueden desarrollarse contracciones uterinas que, si no se interrumpen, pueden adelantar el parto unos días o semanas.

Eventualmente, puede ocurrir una ruptura prematura de las membranas, lo que aumenta el riesgo de parto inminente. En la mayoría de estos casos, este evento está precedido por el acortamiento del cuello uterino.

Por este motivo es importante interceptar los primeros signos de parto a término e intervenir con prontitud. En caso de acortamiento del cuello uterino sin otros síntomas asociados, el tratamiento con cápsulas vaginales de progesterona hasta la semana 34 de embarazo es eficaz. Esto permite prevenir alrededor de un tercio de los partos prematuros.

Según las últimas evidencias, el reposo en cama en mujeres embarazadas que tienen un acortamiento del cuello uterino no solo no es efectivo sino que incluso puede ser peligroso, aumentando el riesgo de trombosis. En el caso de una sintomatología real de parto prematuro (contracciones, ruptura de membranas asociadas a cambios en el cuello uterino), es necesario acudir al hospital para iniciar terapias que intenten frenar las contracciones durante al menos 48 horas y permitan la administración de cortisona intramuscular para acelerar la maduración de los pulmones, ante un posible parto prematuro, evaluar el bienestar fetal y evaluar la presencia de infecciones que hayan podido desencadenar un parto prematuro y por tanto iniciar una adecuada terapia con antibioticos.